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NUESTRO SUEÑO

Soñamos con una comunidad poderosa y resiliente, en la que los habitantes colaboren en la creación de una nueva forma de vivir, basada en el cuidado y la conexión con la naturaleza, el barrio y el territorio, generando así calidad de vida y salud en todos los niveles. 

 

Aprendimos juntos a tratar con la tierra, reconectando con la naturaleza que somos. Y así recordamos nuestra esencia, la esencia de las relaciones, la esencia de la Vida. Reconexión contigo mismo, con los demás, con el todo. Fluir. Amar.

 

Taperebá, así como pertenece a un Todo mayor, engloba unidades más pequeñas que él mismo: las fincas que lo componen. Entendemos que cada una de estas unidades tendrá su propia historia, su potencial con el que contribuirá de manera única al proyecto Taperebá.

 

También entendemos que las fincas son lo suficientemente grandes para albergar a más de un núcleo familiar, y que hacer cosas juntos es más agradable. Animamos a más personas a unirse para adquirir una misma unidad, uniendo sueños y diferentes recursos para co-crear proyectos increíbles.

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UNA CULTURA BASADA EN LA VERDAD

TTodo lo que no se dice crea tensión. La transparencia crea un campo de relajación. Cuando nos conectamos con nuestra verdad personal, momentánea (aunque todavía dual) a través de la conexión con la emoción reprimida, y podemos expresar esa verdad, ese acto nos devuelve al campo de la confianza colectiva. Y sólo lo que se hace visible puede curarse.

 

La matriz de separación limita al binario las infinitas posibilidades de estar en vida. Correcto e incorrecto, bueno y malo, hermoso y feo, masculino y femenino, cis y trans, hetero y homo... Como una lente artificial que, cuando se coloca frente a un haz de luz, lo divide en solo dos haces, dos colores. Sin embargo, esa misma luz, al atravesar las gotas de agua en nuestra atmósfera (que actúan como lentes naturales) se despliega en todo un espectro de colores, que vemos como el arcoíris.

La naturaleza es absurdamente biodiversa. Al igual que la naturaleza, tenemos todo un espectro de posibilidades de lo que podemos llegar a ser.

Lo que debe guiar lo que seremos dentro de las infinitas posibilidades de la realidad son nuestros impulsos internos, instintos, intuiciones, que son la forma en que nuestra alma se comunica con nuestros cuerpos. Para escucharlo necesitamos liberarnos de los condicionamientos externos, de las creencias interiorizadas, que nos condicionan a ser de cierta manera para encajar en cajas que no nos alimentan. También necesitamos disolver nuestros condicionamientos internos, nuestros miedos, traumas, que nos llevan a tratar de encajar para pertenecer a la sociedad, en lugar de desbordarnos y cocrear en relación con el Todo Mayor en el que estamos.está anidado.

 

Estamos acostumbrados a buscar soluciones a nuestros conflictos. Cuanto más tratamos de resolver un problema, más capas artificiales creamos que nos separan del corazón de ese problema y de nuestra esencia. Es como si, buscando una resolución, añadiéramos otra lente artificial a nuestro haz de luz.

 

El camino no es la resolución, sino la disolución. La disolución de las lentes de separación. La disolución de mi punto de vista cristalizado y la emoción que genera en mí, para dar paso a nuevas intuiciones y nuevas acciones. Por estar en constante devenir, en constante co-creación de nuestros pasos en relación con nuestra alma y nuestro entorno.

 

El proceso de descubrir nuestra propia verdad, de experimentar nuevas posibilidades y deconstruir viejos puntos de vista, encontrando nuestra coherencia y autorresponsabilidad, se potencia enormemente al vivir en una comunidad alineada con esta intención. Cuando creamos un campo de confianza dentro de un colectivo donde los miedos y los juicios pueden disolverse y las personas se sienten seguras para expresar sus verdades más profundas, los potenciales de autocuración inherentes a todos los sistemas vivos comienzan a operar.

El amor es acción y no es fácil. Es el trabajo de toda una vida. Trabajo que no se puede hacer solo. Se necesita una comunidad para regenerar nuestros cuerpos para que podamos ser canales para que fluya la energía del amor. Para apreciar juntos el dolor colectivo que vive en cada uno de nosotros de diferentes maneras.

Abraza el dolor, hasta que se suavice y se disuelva.

Necesitamos confianza para aprender, para experimentar placer, para parir, para crear, para tener buenas relaciones, para autorregularnos y liberar nuestras emociones.

Creamos espacios de confianza para liberar el miedo de nuestro cuerpo y dejar fluir nuevamente la energía vital.

 

Florecemos y crecemos cuando recibimos atención, cuando sentimos que lo que pensamos y quiénes somos le importa a alguien. Cuando somos apreciados por lo que somos. El aprecio es amor en acción.

Cuando me siento valorado, me siento libre de ser yo mismo, de explorarme en diferentes posibilidades, de seguir lo que está vivo en mi pecho, en comunicación con mi alma.

Ese tipo de atención proviene de la intimidad. La intimidad nace de nuestra humanidad compartida. Cuando somos frágiles, cuando jugamos juntos, cuando nos reímos juntos.

Admitir nuestros agujeros hace que unirnos sea más fácil. Nuestra belleza aparece no cuando lo soportamos todo, sino cuando le hacemos lugar al otro para que entre. Cuando somos humanos, compartimos nuestros defectos, nuestros deseos, nuestra verdad.

HABITAR. VIVIR. PARA PRESERVAR.

Taperebá - Pueblo Rural ©2022. Serra Grande - Bahía. Brasil. 45680-000. Diseñoamanda dragone

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